JABONES NATURALES ELABORADOS DE FORMA ARTESANAL. BUENOS PARA TI, BUENOS PARA EL PLANETA.

El mundo en que vivimos puede ser un lugar mejor. Todos somos parte del problema, pero con gestos como utilizar un jabón natural o hacer nuestro propio jabón, también estamos siendo parte de la solución.

APRENDE A HACER TU PROPIO JABÓN, ES FÁCIL, CUIDARÁS TU PIEL, Y LA DIVERSIÓN ESTÁ GARANTIZADA.


Ingredientes que uso





En mis jabones utilizo los mejores ingredientes, y por eso utilizo los aceites prensados en frío. 


En los procesos de prensado en frío, se evita el calor excesivo, para minimizar los cambios en las características naturales de los aceites y en sus propiedades. Las semillas o huesos, se exprimen con una prensa. El primer aceite que se extrae se conoce como primera presión o virgen. Estos aceites son los de mayor calidad y conservan todo el sabor y propiedades intactas.




Aceite de Oliva virgen extra (Olea Europaea) 



Se obtiene del fruto del olivo. Ya usado por Fenicios, griegos y romanos, que difundieron su cultivo por el Mediterráneo. Se compone principalmente de ácido oleico. 

El aceite de Oliva es el principal componente para elaborar mis jabones naturales, tiene propiedades únicas, su hidratación es espectacular, y eso se debe a que atrae la humedad y la mantiene en la piel, pero sin taponar los poros. Los jabones a base de aceite de oliva hacen menos espuma, pero son muy suaves, adecuados para todo tipo de pieles, incluso las sensibles y bebés. 




Aceite de Palma (Elaeis Guineensis y Elaeis Oleifera)


Se obtiene de la pulpa del fruto de las palmeras aceiteras. El aceite que se extrae es de color anaranjado. En algunos casos se refina para eliminar el color y el aroma. Aporta suavidad al jabón. 





Aceite de Coco (Cocus Nucífera. y Cocos butyraceae) 


Este aceite procede de la nuez de la palmera. Posee gran cantidad de ácido láurico y mirístico. En temperaturas bajas presenta la consistencia de manteca. 

Aporta propiedades hidratantes si se utiliza en proporciones adecuadas, pero si se usa de manera excesiva, reseca la piel. Debe usarse entre un 20% y un 25%. En nuestros jabones, produce abundante espuma. También es adecuado para ayudar al bronceado. 

Se obtienen buenos resultados en el cabello, lo nutre y le aporta brillo, también reduce la caspa. Imprescindible en mis champús. 





Aceite de Girasol (Helianthus Annuus) 




Se obtiene de las semillas de girasol. El aceite de girasol contiene vitamina E y antioxidantes naturales. Tiene un alto contenido en ácido linoléico . 

En los jabones, en pequeña proporción es beneficiosos, porque contiene vitaminas A, B, D y E. Tiene un efecto calmante sobre la piel, adecuado para pieles secas y agrietadas, aportando juventud y brillo.





Aceite de Aguacate (Persea Americana) 



El aceite sin refinar tiene un color verde intenso y se prensa de la carne seca de los frutos. Contiene Vitamina A, B1, B2 y D. Clasificado como un aceite mono-insaturado. 

Su composición es parecida al sebo de la piel. Es un emoliente magnífico, posee la reputación de tener el grado más alto de penetración en la epidermis que la mayoría de los aceites. El aguacate tiene excelentes propiedades para curar la piel y es beneficioso en especial para pieles muy secas y maduras, para las arrugas. También aporta buenos resultados en pieles con psoriasis, eccema, y quemaduras solares. 

Se usa generalmente como mascarilla en el cabello, quedando éste suave y nutrido.
Como aceite corporal es maravilloso para el masaje y el relajamiento muscular.





Aceite de Almendras Dulces (Prunas Amygdalus Var. Dulces) 


El aceite de Almendras dulces se obtiene del fruto del almendro. Las almendras dulces presentan beneficios sin toxicidad, a diferencia de la variedad de almendras amargas, que sí son tóxicas. Rico en ácidos grasos oleico y linoleico. Posee Vitamina B, minerales esenciales, zinc, hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio, proteínas y ácidos grasos beneficiosos.
Es un aceite muy utilizado en cosmética. Cuida las pieles inflamadas, calma las irritaciones cutáneas, hidrata y suaviza todo tipo de pieles, incluso las sensibles de niños y ancianos. Se puede aplicar sobre estrías o zonas problemáticas como casos de sequedad, deshidratación o descamación. 

En los jabones podemos añadirlo al final del proceso para mantener mejor sus propiedades, produce una espuma compacta y persistente.





Aceite de Jojoba (Simmondsia Chinensis Buxaceae) 


El aceite de jojoba en realidad no es un aceite, sino una cera líquida, la única cera liquida vegetal existente. Puede ofrecer las características propias de un aceite y de una cera, por lo que es muy efectivo su uso en cremas, champús y por supuesto jabones. Rico en ácido mirístico y proteínas. Contiene una sustancia parecida al colágeno de nuestra piel. 

Es una sustancia muy estable y no se deteriora con facilidad. Es excelente como hidratante de la piel, antiinflamatorio, ideal para pieles maduras. Tenemos buenos resultados en pieles enrojecidas, con dermatitis y psoriasis. 

Entre sus componentes están las ceramidas, que regulan la hidratación, elasticidad y firmeza de la piel, penetrando en los espacios intercelulares para regenerar la estructura de la piel. 

Para el cabello es muy beneficioso, pues disuelve el sebum que se deposita en los folículos obstruyendo el crecimiento. Es muy efectivo contra la caspa grasa y la caída del cabello. 

Como podréis comprobar, todas estas propiedades hacen que sea casi imprescindible en mis jabones. 




Aceite de Rosa Mosqueta (Rosa Moschata, Rosa Canina y Rosa Rubiginosa) 


Se extrae de la semilla de una planta silvestre. Este aceite contiene altos niveles de ácidos grasos esenciales la cual le confiere un poder de regeneración de los tejidos de la piel y el crecimiento celular. Podemos considerarlo casi medicinal, recomendado para procesos de regeneración y cicatrización, reduciendo las marcas de la piel y retrasando los signos de envejecimiento prematuro de la piel. 

También es aconsejable en productos after-sun. Aclara y reduce las manchas oscuras producidas por un exceso de sol. 





Aceite de Germen de Trigo (Triticum Vulgare) 



De un color naranja intenso debido a su alto contenido en vitamina E, Contiene caroteno y lecitina vegetal, este aceite es muy útil para pieles secas y maduras ya que nutre las células y evita la pérdida de humedad. 

Activa la circulación sanguínea y prolonga la vida de los tejidos. Muy nutritivo en pieles escamadas, ayudando a la curación de quemaduras solares. También tenemos buenos resultados en pieles con eccemas o psoriasis. 

Sobre el cabello castigado, tiene un efecto reparador, protege el cabello, lo nutre y le da vigor, ayudando a combatir la caspa y la alopecia. No falta en mis fórmulas de champús. 







Aceite de Caléndula (Caléndula Officinalis) 



En realidad no se extrae aceite de la planta, sino que se elabora un macerado de las flores en aceite, para que absorba sus propiedades. 

Muy apropiado para las pieles sensibles, e irritadas. Bueno para úlceras, várices y heridas persistentes. Especialmente adecuada para piel agrietada y cuarteada. 







Aceite de Zanahoria 




En realidad no se extrae de la zanahoria, sino que es un macerado de la pulpa en aceite, para que absorba sus propiedades. Posee un alto contenido en beta-caroteno y vitamina A. 

Alivia la piel seca y agrietada, combate el envejecimiento cutáneo y da flexibilidad y suavidad a la piel. También regula las secreciones sebáceas. Es ideal para pieles secas y desnutridas. Protege la piel y la ayuda al bronceado. Lo utilizamos en los jabones de verano. 





Aceite de Ricino (Ricinus communis) 




Se obtiene de las semillas de la planta. El aceite de ricino es un elemento activo en el producto final. Este es un aceite viscoso y espeso, suaviza y lubrica y es absorbido con rapidez por el cuerpo. Facilita que otros ingredientes también sean absorbidos con más facilidad. 

Es un excelente humectante y acondicionador de la piel, beneficiando a las pieles secas. Aumenta el flujo sanguíneo donde se aplica, limpiando la piel de toxinas, reduciendo las arrugas de expresión y aportando un brillo natural, todo ello sin obstruir el poro. 

Lo utilizamos en los jabones de afeitar y los champús, ya que es excelente contra la caspa. 

También se utiliza para bálsamos labiales, y aceites de baño y corporales. Fortalece las uñas y las pestañas. 




Aceite de Pepita de uva (Vitis Vinifera) 




El aceite de semilla de uva es un buen aliado para mantener la piel suave y sin arrugas. Tiene un alto contenido en antioxidantes, vitaminas C, D, E y beta caroteno. Fortalecen la piel y le dan más elasticidad disminuyendo así­ la formación de arrugas. Apto para cualquier tipo de piel, no deja sensación grasa ni obstruye los poros, por lo que es apto para productos contra el acné. 

En aromaterapia, se utiliza como aceite base para diluir aceites esenciales y para los masajes. 

También lo utilizamos en jabones para después del sol, por sus propiedades regeneradoras y sensación de alivio para la piel. En los jabones de afeitar produce suavidad y protección a la piel, aportando anioxidantes. 






Aceite de Sésamo (Sesamum Indicum) 




Se extrae a partir de las semillas de sésamo, que también se conoce como ajonjolí. El aceite de sésamo es rico en Vitaminas A, D y E. así como en minerales tales como el calcio, magnesio y fósforo. Contiene también lecitina y proteínas. 

Revitaliza la piel y se aplica en los tratamientos contra la flacidez. Eficaz como filtro solar ante las radiaciones UVB, favorece el bronceado natural e hidrata la piel, por lo que es aconejable en jabones y lociones en el verano.

Ideal para las grietas en manos y pies, sobre todo aquellas que relacionamos con la llegada del frío. También usado para dolencias reumáticas. 

Muy útil en forma de mascarilla para el cabello cuando hay mucha sequedad o costras en el cuero cabelludo. 





Aceite de Hueso de Albaricoque (Prunus armeniaca) 


El aceite de hueso de albaricoque es muy rico en Vitamina A, ácidos oleico y omega 6 y está especialmente indicado para pieles sensibles ya que posee propiedades calmantes. Es muy usado en masajes y aromaterapia.
Otra de sus propiedades es su poder de regeneración para pieles apagadas y fatigadas, con manchas solares o tras una época de estrés. 




Aceite de Argán (Argania Spinosa) 





El aceite es extraído de los frutos de un árbol, que hoy en día sólo existe en una región determinada de Marruecos. El aceite de argán es el aceite más caro del mundo, por lo que también es llamado el oro verde de Marruecos. 

Está compuesto hasta en un 80% de ácidos grasos esenciales (acaido linoléico 50 %, acido alfalinolénico 15 %, acido oleico 12 %, acido araquidónico 1 %, acido gammalinolénico 3 %) y contiene grandes cantidades de tocopheroles (vitamina E) (casi tres veces más que el aceite de oliva), hidratando y nutriendo la piel y actuando contra la sequedad y el envejecimiento. Efecto anti-edad debido a la gran cantidad de antioxidantes que contiene, provocando un rejuvenecimiento de las células.

Alivia las quemaduras del sol, mejora la soriasis, la varicela y el acné juvenil. Aconsejado para todo tipo de piel y todas las edades, aporta flexibilidad y vitalidad.

Además fortalece, nutre y revitaliza el cabello aportándole brillo y suavidad natural. El aceite de Argán se recomienda también para el cuidado de las uñas quebradizas ya que las nutre y protege contra las agresiones externas. 






Manteca de Cacao (Theobroma cacao) 



Se obtiene del grano tostado del árbol del cacao. De ésta pasta puede extraerse por prensado la manteca de cacao. Es una mezcla de estearina, palmitina, oleína, laurina, linoleína y trazas de otros glicéridos. Se funde a temperatura corporal. Forma una película protectora que retiene la humedad de la piel por lo que es muy indicada para suavizarla y lubricarla. 

Muy utilizada en la elaboración de cosmética, indispensable en los bálsamos labiales. Es excelente para tratar zonas resecas y ásperas. Es emoliente y suavizante, ejerciendo una acción antiarrugas y antiestrías. Usada en jabones aporta humectación y dureza. 





Manteca de Karité (Butyrospermum parki) 


El fruto maduro contiene dos o tres semillas de Karité, de las cuales se extrae la manteca de color marfil. Su composición es muy diversa, se pueden identificar los ácidos palmítico, esteárico, oleico, linoléico, así como una original fracción insaponificable que le confiere una gran capacidad hidratante y emoliente. Muy rica en vitaminas A, D, E y F. 

Ayuda a proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA. Esta propiedad se potencia con el aceite de Sésamo. 

La manteca de karité es un excelente hidratante para pieles secas y dañadas. Al cabello seco le devuelve la vitalidad. Tiene también efecto cicatrizante y reparador en manos agrietadas o que sufran de eczemas y dermatitis.
La manteca de karité no es comedogénica, no produce granos ni obstruye los poros. 

Es anti-irritante por excelencia, lo que conviene notablemente a las pieles que enrojecen con facilidad, con tendencia alérgica y cuperosis. Es también de gran interés para el cuidado de la piel masculina, para el afeitado. Empleada como bálsamo labial. 







Aloe Vera (Aloe Barbadensis) 




La salvia o gel se encuentra en las carnosas hojas de la planta. Son innumerables los principios activos del aloe que se utilizan en cosmética. Contiene un agente curativo efectivo para el tratamiento de quemaduras, heridas y acné. 

Con respecto a las propiedades regeneradoras éstas se basan en las vitaminas (A, B1, B2, B6 y B12). Las funciones cosméticas principales consisten en flexibilizar las fibras elásticas de la dermis, fortificar las fibras de colágeno y estimular la reproducción de células epiteliales en el cuerpo mucoso. 

Ideal para enriquecer los jabones, sobre todo los faciales, los que tienen un efecto calmante y los elaborados para el acné, por su acción bactericida y anti-inflamatoria. 

Muy eficaz para aliviar las quemaduras de la piel expuesta al sol. 






Propóleo o própolis 



Es una sustancia que obtienen las abejas de las yemas de los árboles y que luego procesan en la colmena, convirtiéndola en un potente antibiótico con el que cubren las paredes de la colmena, con el fin de combatir las bacterias, virus y hongos que puedan afectarla.

Contiene resinas, taninos, cera, varios tipos de polen, aceites volátiles, proteínas, vitaminas, glucósidos ; oligoelementos y ácidos como la quercetina que poseen propiedades altamente antibacterianas. También contiene provitamina A y vitaminas del grupo B, especialmente 

Destacan sus propiedades antioxidantes, bactericidas, antivirales, fungicidas, regeneradoras o cicatrizantes, anestésicas, antiinflamatorias. Se utiliza para afecciones de la piel como dermatitis, eczemas, micosis y otras. 




Miel 




La miel es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas a partir del néctar de las flores. Está constituida por una solución acuosa de glucosa, levulosa y sacarosa.
Posee proteínas, sales minerales (oligoelementos) enzimas, vitaminas (B1, B2, B5, B6, C, K) polen, proteínas y sustancias antibióticas. Están presentes también alrededor de la mitad de los aminoácidos existentes, ácidos orgánicos y vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E. La miel posee también una variedad considerable de antioxidantes (flavonoides y fenólicos). 

La miel tiene muchas propiedades terapéuticas. Se puede usar externamente debido a sus propiedades antimicrobianas y antisépticas. Así, la miel ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales. También es utilizada en cosmética (cremas, mascarillas de limpieza facial, tónicos, etcétera) debido a sus cualidades. 





Cera de abejas 





Producida por las abejas. Proviene de 8 glándulas llamadas cereras que las abejas poseen a ambos lados del abdomen. Para poder formar un kilo de cera las abejas deben consumir entre seis y ocho kilos de miel. 

Contiene gran cantidad de vitaminas, como la vitamina A. Tiene propiedades emolientes, cicatrizantes y antiinflamatorias. Es ampliamente utilizada en cosmetología. Los productos que la contienen suavizan la piel.




Arcillas 




Las arcillas son minerales finamente triturados que se encuentran en el suelo terrestre. Existen muchos tipos de arcillas. Las dos más comunes son la Bentonita (arcilla verde) y el caolín (arcilla blanca), siendo esta última la más pura de todas. Contienen sílice, aluminio, hierro, calcio, magnesio, zinc y potasio.

Son utilizadas para el cuidado de la piel ya que extrae el exceso de secreción sebácea, toxinas y suciedad. Limpia los poros obstruidos, lo cual prepara a la para recibir los nutrientes y la hidratación necesaria. 

El caolín o arcilla blanca es silicato de aluminio hidratado. En cosmética es un componente muy utilizado ya que absorbe la humedad, se adhiere a la piel y tiene textura suave. Además el caolín interviene como uno de sus principales ingredientes, en muchas mascarillas contra el exceso de grasa y el acné.

El rhassoul es una arcilla mineral natural utilizada por las mujeres orientales para el cuidado corporal y capilar. Esta arcilla se encuentra únicamente a los alrededores del medio atlas, en Marruecos. Mezclado con agua tibia o un agua floral como el agua de rosas se transforma en una masa suave, famosa por sus propiedades absorbentes, detergentes y desengrasantes.

Esta masa absorberá las impurezas y la grasa como lo haría un papel secante, pero sin dañar la protección natural del cabello y sin irritar las glándulas sebáceas. Por lo tanto, se recomienda el rhassoul para las pieles sensibles o alérgicas. Es un producto 100% ecológico.

La arcilla verde o betonita, debe su color verdoso a los óxidos de hierro ferroso y de magnesio. Es muy rica en oligoelementos. Contiene gran cantidad de minerales como el silicio, aluminio, hierro, calcio, magnesio, potasio, sodio y zinc. 

La arcilla verde se caracteriza por su efecto purificante y antibacteriano.  Limpia la piel en profundidad y produce un efecto relajante, aportando elasticidad y sensación de frescor. Es ideal para utilizar en el rostro, sobre todo en pieles grasas o mixtas gracias a su efecto purificante. También es muy útil para eliminar puntos negros y tratar los poros abiertos o pieles con tendencia al acné. Es una de las arcillas más utilizadas en cosmética. 


Vitamina E 

La vitamina E es un potente antioxidante que protege a las células de agresiones como la contaminación, los pesticidas, el estrés, etc.
Muy usada en cosméticos, la Vitamina E es un gran preservativo que alarga la vida de los productos. Ideal para cremas, lociones, jabones, etc.